¿Cuánto Valen Hoy Un Millón de Pesetas? Análisis de Poder Adquisitivo

Un millón de pesetas sigue siendo una cifra mítica en el imaginario español. Muchos lo recuerdan como el “kilo de pelas”, un umbral psicológico que significaba ahorro serio, coche nuevo o incluso vivienda. Pero ¿cuánto vale realmente hoy esa cantidad? ¿De verdad son solo 6.010 euros? La respuesta es compleja: depende del año, del salario, de la inflación y del coste de vida. Este estudio desmonta el mito y explica cómo ha cambiado el poder adquisitivo del millón de pesetas en tres generaciones.

1. Conversión oficial: 1.000.000 de pesetas son 6.010 euros

El tipo de cambio legal de 2002 fijó definitivamente la equivalencia: 1 euro = 166,386 pesetas. Con esta referencia, 1.000.000 de pesetas equivalen a 6.010,12 euros. Es el valor nominal, idéntico para cualquier año. Pero no refleja lo que representaba realmente ese dinero en diferentes épocas, porque un millón en 1970, 1980 o 2001 no tenía el mismo poder de compra.

2. Valor real: por qué no basta con decir “6.010 €”

Para saber cuánto “valía” un millón de pesetas, hay que actualizar esa cantidad al coste de la vida actual. Herramientas del INE y de calculadoras basadas en el IPC histórico permiten convertir pesetas antiguas a euros de 2025. Un ejemplo representativo: un millón de pesetas de 1980, que equivalen nominalmente a 6.010 €, tienen un poder adquisitivo actual de aproximadamente 36.000 €. Es decir, seis veces más que la conversión superficial. El resultado varía según el año, pero siempre demuestra lo mismo: el “kilo” del pasado valía mucho más que el de hoy.

3. Tres generaciones, tres realidades del millón de pesetas

3.1. Abuelos: años 60–70, cuando un millón era patrimonio

A principios de los 70, el salario mínimo equivalía a unos 21 euros actuales al mes. Un millón de pesetas representaba más de 500 salarios mínimos. Con esa cifra se anunciaba incluso un chalet en El Viso (Madrid), uno de los barrios más exclusivos de España. Para la generación de los abuelos, un millón era riqueza real: podía significar vivienda pagada, tierras, un negocio o la base de todo el patrimonio familiar.

3.2. Padres: años 80–90, el millón como proyecto vital

En los 80 el salario mínimo rondaba las 22.000–37.000 pesetas al mes. Un millón equivalía a entre 20 y 44 mensualidades, según el año. En plena expansión económica, un millón podía ser la entrada de un piso, un piso completo en algunas ciudades o directamente un coche nuevo. Por ejemplo, a mediados de los 80 un piso de alrededor de 96 m² podía comprarse por algo más de un millón de pesetas en algunas zonas. En los 90, un Seat Ibiza o un Renault Clio costaban en torno al millón. Era ahorro importante y transformador.

3.3. Generación euro: 2000–2001, un millón ya no es lo que era

En 2001 el SMI era de 72.120 pesetas al mes: un millón equivalía a unas 14 nóminas. La vivienda ya se había encarecido drásticamente y el kilo ya no compraba piso ni coche de gama alta. Aun así, seguía siendo un ahorro psicológico fuerte, símbolo de estabilidad y seguridad.

4. 1 millón de pesetas visto desde 2025

Nominalmente, sigue siendo 6.010 €, pero su significado económico ha cambiado radicalmente. Con esos 6.010 €, hoy apenas se cubren poco más de cinco sueldos mínimos. En vivienda, equivalen a unos 2,5 m² de precio medio en España. En automóviles, es el rango de entrada de coches muy básicos o seminuevos sencillos. Comparado con un coche familiar nuevo en los 90 o una vivienda completa en los 70, el contraste es enorme.

5. Qué se compraba con un millón de pesetas entonces (y ahora)

• Años 60–70: un chalet en zonas de alto nivel, varios utilitarios, tierras o la base de un patrimonio completo.
• Años 80–90: un coche nuevo, la entrada de una vivienda o un piso completo según ciudad.
• 2000–2001: entrada parcial de vivienda o vehículo de gama media.
• 2025: cinco salarios mínimos, un utilitario básico o muy pocos metros cuadrados de vivienda.

Conclusión: el kilo de pesetas, un símbolo que no significa lo mismo

El millón de pesetas ha cambiado de significado radicalmente. Fue patrimonio para los abuelos, proyecto vital para los padres y ahorro útil pero limitado para la generación euro. Hoy, convertido en euros sin ajuste por precios, es una cantidad modesta. Comprender esta diferencia entre valor nominal y poder adquisitivo permite interpretar con rigor qué representaba realmente el “kilo de pelas” en cada época, y por qué su recuerdo sigue siendo tan poderoso en la memoria colectiva española.